viernes, 3 de abril de 2009

vanidad


Hoy no es un buen día…No porque algo desastroso haya sucedido, sino porque mis ojos hoy están cerrados. Esta puede ser la causa, o puede ser que la belleza se ha teñido de gris y se ha confundido con lo mundano.

Tengo miedo de quedarme abandonada en este negrusco patio, envejecida y añorando la compañía real de un amigo, sí, porque eso es lo que necesito, un amigo...
Este afán de mirarme demasiado me ha consumido y ha derivado en lo patológico, donde se confunde mi egoísmo, mi vanidad y otros tantos defectos que caricaturizan mi inmadura forma de ser. Y también puede ser por esto que no es un buen día, tal vez ya no puedo ver nada bueno en mí y necesito de los demás para ensalzar mi ego nuevamente. Pero, ¡qué patético!, pensar que alguna vez critiqué esta clase de dependencia en otras personas. Es que cuesta tanto mirarse de frente, sin agregarse fantasías ni ilusiones, sin dejarse ver como la heroína del pequeño drama que es la propia vida.
De verdad que hoy no es buen día. Escuché de repente a una amiga que dudaba de su existencia, decía: ¿las otras personas me verán, sabrán que existo? Y no pudo acertar mejor, sin siquiera saberlo, que eso es lo que hoy me pasaba. Y digo “hoy” porque conociendo el afán de mi estado de ánimo, probablemente mañana tenga sentimientos megalomaníacos (si también hay que usar los términos psicopatológicos, de algo que sirvan).
No me comprendo, y se que es difícil, pero no es que me empeñe en conocerme, es que de tanto analizar a otros me he vuelto a mi misma como clave para conocer a los demás, pero en qué odisea me he metido. Me da risa, parece que el ego está subiendo porque busco sinónimos más floridos para adornar este escrito y la idea no era esa en un principio, aunque no sé cuál era la idea del principio.
Retomando el tema del ego; es en demasía un trozo de mi estructura que podría situarse muy arriba en la jerarquía, traducido, como ya dije, en egoísmo y vanidad. Y estos son los defectos que posteriormente vuelven reflejados como envidia hacia aquellos que son como los espejos de mis carencias.
Me molesta, yo si que he experimentado el estar “verde de envidia”, y lo peor de todo es que envidio a algunas personas que quiero. Pero no es raro, eso tiene un fundamento, desde mi punto de vista. Cada cual buscará a quienes admira, y justamente se admirará aquello que falta, pero eso que en un principio seduce y fascina posteriormente constituirá el peor de los defectos...