
Quisiera tomarme unos días para no hacer nada… Es estrictamente necesario volver a poner en orden mis ideas, mis planes, mis necesidades…
Y no puedo ser injusta, poner en orden las cosas de la cabeza y del corazón no es tarea fácil, no es “unos días para no hacer nada”…nada que ver. Ni siquiera se asemeja al disfrute que tiene ordenar y clasificar la ropa por ejemplo, o sacar las cosas de la cartera, limpiar y volver a ordenar como lo hacía la madre de Amelie.
Ordenar las cosas de la cabeza es un trabajo que requiere esfuerzo y dedicación, aunque así como uno puede ir ordenando, en cada momento se va sumando algo más, que complejiza todos los pensamientos.
Tal vez ordenar no es la palabra, tal vez retirarse para ver las cosas en perspectiva es mejor. Generalmente, las cosas las hacemos como robots, como si nos pusieran en piloto automático…andando por inercia, pero cuando algo grande pasa, empieza el desenlace fatal del dominó que se desploma, dejándonos en la más triste angustia, en el no saber que sigue.
Claramente todos sabemos que sigue, cuál es el norte al que debemos dirigirnos, pero es algo al cual hacemos caso omiso la mayoría de los días. Por eso hoy digo que debo dedicarme unos días para retirarme y ver las cosas en perspectiva. ¿Qué estoy haciendo?, ¿para qué?, ¿soy feliz con lo que hago?, ¿Qué necesito en estos momentos, qué me hace falta?... creo que aún en el ritmo cotidiano, me tomaré unos minutos para reflexionar, tal vez con las ideas más claras pueda comprender por qué últimamente estoy más triste…
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